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El clientelismo practicado por los partidos ha penetrado en entidades artísticas cuyos presidentes utilizan recursos de las mismas para promocionarse como los salvadores de sus integrantes. Igual que frecuentemente hacen dirigentes de los desacreditados partidos que nos gastamos. De ahí que se oferten escuelas para formar músicos gratis. Esa, indudablemente es una manera de promoverse que emplean ciertos "líderes" de entidades artísticas, quienes han copiado al carbón la demagogia de muchos políticos, llegando inclusive a desviar recursos para regalar juguetes y sortear dinero en efectivo a los miembros de las entidades que presiden. Lo peor del caso es que los integrantes de las instituciones de marras desconocen en su mayoría los estatutos de éstas y ven como obsequios de los presidentes y no de los gremios las dádivas que les entregan periódicamente.