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Aunque devolvieron los ingrsos que se asignaron con apenas 55 días de labor, los miembros de la Cámara de Cuentas con esa indelicadeza perdieron credibilidad. Para nadie es secreto que decidieron entregar el billete por la lluvia de críticas que desde diferentes sectores sociales recibieron. La presidenta del organismo, Licelotte Marte de Barrios, se destapó antes de echar hacia atrás, diciendo que querían hacerle daño a la entidad y que los medios habían tratado el caso con morbo. Esa respuesta, con la que pretendió justificar la acción mencionada, carecía de fundamento, aunque la ley permita-dede revisarse y modificarse-que los jueces de la Cámara de Cuentas se asignen doble sueldo e incentivos con poco menos de dos meses de trabajo.Es bueno que el Senado recuerde su pifia con los anteriores miembros de la entidad y con los actuales. Lo ideal sería que se designaran coantadores públicos que aunque pertenezcan a partidos, posean historial de capacidad, experiencia y honestidad.

Ocurre que los "amarres políticos" posibilitan que se nombre miembros de la Cámara de Cuentas a profesionales del derecho comprometidos hasta la coronilla con partidos. Por demás no conocen la delicada labor que desempeñarán.