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Resulta indamisible que se incrementen los impuestos que pagamos los usuarios de teléfonos. Los síndicos que apunten para otro lado pues si lo desconocen, los que utilizamos teléfonos pagamos un 28 por ciento de gravémenes, y se puede apostar peso a túbano que si aprueban el 3 por ciento que aspiran los alcaldes, las telefónicas lo transferirían a los usuarios. Este, sin dudas, es uno de los países con mayor nivel tributario en cuanto a servicios de telefonía respecta, superando en ese renglón dicho sea de paso, a naciones desarrolladas.