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La piratería de películas y discos sigue viento en popa, mientras la Oficina Nacional de Derecho de Autor (Onda), el ministerio público y la Policía, contemplan la situación sin enfrentarla de manera decidida. Probablemente este sea el único país del mundo donde en cualquier calle, estacionamientos de centros comerciales, avenidas, terminales de autobuses, etc., los vendedores de películas y cidís pirateados oferten sus productos y miembros de la Policía se hagan de la vista gorda, aunque el negocio se realice frente a sus narices.

Reiteramos que no existe voluntad política para encarar la piratería, que la Onda, ministerio público y Policía, nunca han enfrentado a los denominados pejes gordos del próspero negocio. Esporádicamente decomisan mercacnía, convocan la prensa, y a veces, presentan a algún busca vida, pero no llegan al fondo.

En diferentes oportunidades las autoridades han anunciado acciones para enfrentar el problema. Sin embargo, han transcurrido años y no han pasado de las palabras a los hechos. En el caso de "Ladrones a domicilio", la más rfeciente película de Angel Muñiz, antes de que se estrenara, ya la ofertaban en las calles los piratas y aunque el productor denunció el caso, poco hicieron para incautar las ciantas fabricadas por la izquierda y apresar a los piratas grandes.

La Onda, respecto a la piratería no ha funcionado. Y poco han hecho el ministerio público y la Policía en ese sentido.