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La popularidad de Omega ha disminuido considerablemente, lo que evidencia que el merengue de calle es pasajero. A decir verdad, ese género tiene un blanco de público, pero sus intépretes no han logrado cotizarse al nivel de Fernando Villalona, Sergio Vargas, Los Rosario, Héctor Acosta, Eddy Herrera o Rubby Pérez. El también denominado merengue urbano no ha penetrado en el vasto público con edades comprendidas entre 30 y 50 años, que es el que tiene mayor poder de consumo. El merengue de calle sigue vigente entre jóvenes cuyas edades oscilan entre 14 y 20 años que pertenecen a las clases baja y media baja. Válido es recordar que Omega se guayó recientemente en Paraiso Musical, Villa Mella, donde la asistencia fue menor de 300 personas. Ocurre que él goza de aceptación en barrrios populares de Villa Mella pero no en urbanizaciones de clase media. Entonces, era de esperarse que su actuación en el referido centro de diversión fracasara pues los muchachos residentes en los barrios de Santo Domingo Norte en su mayoría carecen de poder adquisitivo para cantearse con 400 pesos por derecho de entrada. Además, muchos de los discos de Omega y otros cultores de ese ritmo carecen de calidad. En los mentideros de la farándula se habla de que la tarifa de Omega y El Sujeto ha descendido últimamente y que amenizan más en tarimas de una empresa cervecera que por contratos.