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Los empresarios de los minibuses conocidos como "voladoras" aunque reciben de los pendejos contribuyentes 32 pesos de subsidio por cada galón de gasoil que compren, no han disminuido el precio del pasaje que oscila entre 20 y 25 pesos. El gobierno debe empantalonarse y quitarle el subsidio a esos negociantes del pésimo transporte público que funciona en el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo. Diariamente miles de obreros, empleados y estudiantes se ven precisados a trasladarse a sus centros de labores o estudios en las "voladoras" por la falta de unidades de la Omsa que, en el caso del corredor Máximo Gómez que cubre la ruta Villa Mella-Centro de los Héroes, constituyen una especie de muela de gallina, pues en las horas pico son escasas las unidades de la entidad gubernamental que transita en dicho corredor. Y si a esto agregamos que frecuentemente muchas se quedan en el camino, la situación es crítica por más que se empeñe en negarlo el director de la Omsa, Ignacio Ditrén, quien al parecer no recibe informaciones de las precarias condiciones del corredor Máximo Gómez.

Distintos gobiernos-incluido el actual-han dilapidado centenares de millones de pesos que entregaron a seudosindicalistas, empresarios del transporte dizque para mejorarlo. Lo cierto es que cada día es peor el servicio y caro.

Subirse en horas pico en una "voladora" es, sencillamente coger una pela pagando, pues la mayoría de los conductores de esos vehículos lo hacen de manera temeraria en las narices de los agentes de Amet, quienes en escasas ocasiones los sancionan. Cualquiera puede observar minibuses con pasajeros en los estribos de la puerta a alta velocidad como si nada. Los ciudadanos que desesperados por llegar a sus hogares se atreven a encaramarse en los estribos exponen sus vidas.

Si la Omsa contara con suficientes unidades, las "voladoras" perderían clientes, ya que aunque en los autobuses de la Omsa también viajan personas de pie, el precio del pasaje subsidiado es de 10 pesos. Está claro que en la Omsa, siguiendo con la tradición gubernamental, no se da adecuado mantenimiento a las unidades de la isntitución.