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La marcha de periodistas de este martes en la Zona Colonial testimonia la preocupación de ese sector por la vulnerabilidad de la libertad de expresión y de acceso a la información en el país.

Rafael Núñez Grassals, maestro de varias generaciones de comunicadores, y con experiencia en la mayoría de los medios de circulación nacional, sostiene que este movimiento se explica en la sucesión encadenada de sometimientos a periodistas ante la Justicia, por supuesta difamación, injuria u otros delitos.

También se suma el atropello de un agente de seguridad privada contra el periodista Vianco Martínez, quien desarrolla una lucha para que la Justicia aplique la sanción correspondiente.

Por su rol social, "el primer deber del periodista es situarse en principio del lado de la víctima", dice, "mientras se averigua, que los otros prueben su posición. Tiene que defender su espacio ante la más mínima sospecha de que alguien quiera meterse a coartar a los periodistas, pues, sino, ha rehuido de su responsabilidad", agrega.

Núñez Grassals expresó que sería injusto asegurar que en este Gobierno o en el anterior existe una política definida de represión contra la prensa, aunque "ha habido acciones disparatadas" de un guardia, un funcionario o un activista político".

Especifica además que la libertad de expresión y el derecho a la información no es un bien concebido para los periodistas, sino para los ciudadanos.