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A fines de los setenta y principios de los ochenta la orquesta de Cheché Abreu operó como una cooperativa en la que sus miembros-incluido el líder-devengaban dos pesos por fiesta. Pablo, hermano del Queridísimo, como era administrador recibía dos con veinte centavos. Aunque parezca increible, el grado de sensibilidad de Cheché se mantuvo por años, incluso en los tiempos en que su agrupación competía de tú a tú con los más pegados, mediados de los ochenta, época en que el creador del Mangué tuvo fuerte presencia radial con la negra pola, Llegó la mañana, Mi madre y El mangué, entre otros. Al funcionar en rol de cooperativa, esto posibilitó que en una especie de san, la mayoría de los músicos de Cheché adquirieran casa y carro. Ah, el grupo se denominaba Cheché Abreu y sus Colosos.