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El asesinato del joven Marcos Guerrero Peña en el exclusivo sector La Castellana, es otra demostración de la inseguridad prevaleciente en el país, de la que no escapan residenciales de clase alta, como el mencionado. Se impone más vigilancia de la Policía; si requiere de más agentes, vehículos y armas, que las autoridades se lo faciliten, a fin de que el combate a la cada vez más creciente ola delincuencial, sea más efectivo. Es lamentable la pérdida de Guerrero Peña, muchacho trabajador de 24 años de edad y estudiante universitario. Franklin Almeyda Rancier, secretario de Interior y Policía, hombre que no se nada por las ramas para expresar sus posiciones, debe gestionar con el presidente Leonel Fernández los recursos que necesita la Policía con miras a que sea más eficiente. Estamos de acuerdo en que se mejoren los sueldos de los agentes, clases y oficiales, pero luego que termine la profilaxis para que queden fuera las manzas podridas.