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Con la andanada que le disparó al senador Wilton Guerrero, el procurador, Radhamés Jiménez Peña, evidenció que carece de madurez para esa posición. Guerrero no se ha referido a Jiménez en el plano personal. De modo que los misiles disparados por el procurador al legislador de Peravia no se justifican. Al funcionario, uno de los hombres del Presidente, le ha quedado grande el cargo. Un procurador tiene que tener comedimento y no salirse de sus cabales por cualquier quítame esta paja. Y es bueno que Jiménez sepa que no sólo está inconforme el senador Guerrero del informe tibio de la comisión que investigó la matanza de Paya, sino la mayoría de la ciudadanía, hastiada de que problemas como ese se traten de manera superficial. Se requiere que las investigaciones sea profundas y se establezcan las responsabilidades de lugar. Si se continúa dándole un paño con pasta a casos como el de Paya, entonces, estamos perdidos. Hay que dejarse de pendejadas, de circunloquios e ir a la raíz de los problemas.