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Los nuevos autobuses adquiridos por la Omsa en Brasil para ofrecer mejor srvicio a los miles de usuarios de las unidades de esa entidad, deben recibir mantenimiento a tiempo, a fin de que en dos o tres años no se conviertan en chatarras, como ha ocurrido con decenas de unidades de la Omsa., abandonadas en un "cementerio", pues le quitan piezas para reparar otras. Es decir, desvisten santos para vestir otros, lo que es incorrecto.

Es hora de que en este país se trabaje en orden. Ignacio Ditrén, el confirmado director de la Omsa, tiene que velar por el buen mantenimiento de las nuevas unidades. No se debe continuar despilfarrando el dinero de los pendejos contribuyentes, que es lo acontecido en la Omsa y otras entidades creadas con la finalidad de ofrecer eficiente servicio al publico.

La Omsa no puede seguir siendo un barril sin fondo en el que mensualmente el gobierno invierte millones de pesos, de continuar el descuido y la "cultura" de no preservar las propiedades gubernamentales, es mejor que clausuren esa entidad.