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Lo malo de la actual campaña electoral son las descalificaciones entre perredeístas y peledeístas.

Se ha caido en campaña sucia, mediante la cual los estrategas de ambas organizaciones tratan por todos los medios de descalificarse, en vez de presentar propuestas a la población.

Ese tipo de publicidad además de saturar no convence.

Está harto demostrado que la mayoría de los votantes no toman en cuenta las denuncias de corrupción al momento de ejercer el sufragio.

Buena parte de la población acude a las urnas cada cuatro años para votar en contra.