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Ciertos comentaristas del más pegado matutino continúan hablando mentiras. Al parecer los individuos en cuestión tienen la falsa premisa de que una mentira repetida se convierte en verdad.

Insistir por conveniencias personales en pretender que elpúblico asimile como válidas sus inventos, es faltar a laética, irrespetarse a si mismos y perder credibilidad.

Por suerte, la mayoría del pueblo no es tonta y distingue entre falsedades, medias verdades y descaradas mentiras.