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A decir verdad lo mejor que pudo haber hecho la hermosa Sara Pepén cuando terminó sus relaciones con Juan Ramón Gómez Díaz fue guardar silencio.

Esto así porque se ve mal que después de alguien estar junto a otra persona varios años, cuando se separen le saque los trapitos al sol.

Esa es la verdad monda y lironda. La bella Sara metió la pata.

Es como si alguien que tiene crédito en un colmado, cuando se lo recortan o suspenden, se ponga a decir a los cuatro vientos que el negocio no sirve, etc...