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Las voladoras de Villa Mella siguen haciendo de las suyas. Sus conductores se paran donde les da la gana y en raras ocasiones son sancionados por los agentes de Amet.
Diariamente decenas de pasajeros se ven precisados a transportarse en los citados vehículos que con frecuencia ni siquiera esperan que se sienten quienes los abordan.

Lo peor del caso es que las voladoras fueron compradas con préstamos millonarios del famoso Plan Renove, uno, y otro avalado por el Ayuntamiento del Distrito Nacional en la gestión de Johnny Ventura.

A decir verdad, Amet necesita poner los pies sobre la tierra y meter en cintura a los conductores de las voladoras que dicho sea de paso, se paran donde se les antoja en las mismas narices de los agentes de Amet en la avenida Hermanas Mirabal, Villa Mella.

Amet requiere de más acción. Tienen sus miembros que imponer el orden, que se respeten las paradas y se retorne a los carriles exclusivos de la Omsa.