martes, 25 de junio de 2019
8:40
By Augusto Socìas
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La obra pictórica del joven creador causa interés en públicos que buscan nuevos artistas Emprendedor y artista, Alfaro es un perfeccionista que bebe de los grandes maestros rusos
Su inclusión en dos catálogos pictóricos en Estados Unidos denotan su futuro prometedor en los circuitos de arte
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F & F Media Corp.- Una señora de mediana edad se queda mirando el faro fijamente. Busca una descripción, el nombre del artista que fue capaz de crear semejante pieza, gigantesca, llena de detalles y a la vez cargada de emociones. “Eric Alfaro”, puede leer y anota su nombre mentalmente para googlearlo más tarde. Aunque en Cuba todavía no está entre los artistas que colman el mainstream, el joven de apenas 28 años ya gana seguidores de su obra fuera de la Isla.
El creador, formado en la Escuela Vocacional de Arte de Ciego de Ávila, tiene junto a su esposa un pequeño refugio cultural en el que da rienda a su imaginación, llamado 91 Estudio y que se ha convertido en un espacio de visita para cultores de una propuesta alternativa a los típicos cuadros de mulatas y almendrones que se encuentran en las ferias de la capital cubana.
Dos de sus piezas paisajísticas centradas en la temática de los faros estuvieron recientemente junto a las de un colectivo de artistas cubanos de la plástica como parte de la muestraVisions of Cuba, en la Cuban Cigar Factory Eduardo Gato, en Key West, al sur de Miami.
“A veces me gusta recrear paisajes y les pongo elementos de mi personalidad. Busco mucho la belleza; pero sobre todo disfruto el proceso de creación”, afirmó en una entrevista.
Con anterioridad, también llamó la atención del público estadounidense en la muestra colectiva Familiar Faces, organizada por Copperbridge Foundation, en el marco del Festival de las Artes “Copperfest” realizado en el Museum of Contemporary Art of North Miami (MOCA).
Visitar su estudio en La Habana es una oportunidad imperdible. Eric crea obras de gran formato, de precisión milimétrica, una mezcla entre fotorrealismo, impresionismo y cierta nostalgia por los grandes maestros rusos que, en su niñez, conoció visitando los museos de la capital rusa.
Rostros de enigmáticos ojos, expresiones tan vivas que otorgan vida propia a sus personajes y paisajes que transportan a la emoción, están colocados por todo el lugar.
De este modo, la vida artística de Eric Alfaro comienza a resonar en los Estados Unidos. Aprendiz de grandes maestros; futuro maestro de grandes aprendices.
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