Ejercita el amor
lunes, 6 de julio de 2015 20:31 By Augusto Socìas
Por: CÁNDIDA
FIGUEREO. Periodista. Reside en Santo
Domingo
La falta de convivencia está
lacerando de manera tangible las relaciones humanas al extremo de ser
noticiable que padre y madre resultan
lastimados por hijos viciosos que han perdido la integridad que da sentido a la
vida porque echan a un lado la importancia de ejercitar el amor, ese amor que
no se compra ni se vende porque es de naturaleza divina.
¡Qué pena! Si, que pena que un vicio
vulgar convierta a un ser humano en un guiñapo que se arrastra hasta el fango y
no haga un esfuerzo por liberarse de esa pesadilla de la que no pocos se han
liberado con dignidad.
Lo último que debe pasar por la mente
de un hijo es atentar contra sus padres, como hicieron recientemente dos
hermanos con sus progenitores.
Es cierto que hay padres y madres que
abandonan a sus hijos por motivos diversos, pero cualquiera que fuere su realidad no hay razón
para dañarles porque la carga que llevan en su mente y corazón es digna del
perdón.
La vida es muy breve para echarla por
la borda. ¿Cómo es posible que un vicio pueda contigo. ¿Acaso no tienes fuerza
de voluntad? Busque ayuda y si no desea
hacerlo abrácese a lo divino con fe.
No pocas veces usted puede sentirse
solo, desprotegido y pensar que el mundo se le viene encima. Eso se llama
negatividad, y la debes apartar de su vida. ¿Por qué ser un hombre de poca fe?
Nada de eso. La felicidad no viene dada por la abundancia económica ni por la
miseria.
Si usted cree firmemente que es
feliz, usted y es feliz. Apártese de la negatividad. Si deseas crecer,
fájese con dignidad. No quiera lo fácil. Lo que cómodo llega, fácil se va.
Corintios 13:4-7 refiere que “El amor es paciente, es bondadoso. El amor
no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. 5 No se comporta con rudeza, no es
egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 6 El amor no se deleita en
la maldad sino que se regocija con la verdad. 7 Todo lo disculpa, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta”.
Si ejercita el amor contigo, con tu
familia y con tus semejantes sin importar
su abolengo todos verán en ti a una persona diferente, sabedora de que
nada es más importante que el amor que te eleva a lo divino, donde prevalece la
paz. Entonces serás un ser humano admirado por todos.
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