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Microscópicamente escribiendo

Por: Yancarlo Estrella

Santo Domingo.- En los últimos años hemos podido ver que la tecnología, aplicada a la comunicación, nos ha mostrado una cara más apegada a la verdad, de muchos políticos en todo el mundo, donde casi nada queda oculto cuando se quiere saber quién conviene para gobernar un país y quién no. Luego de la crisis inmobiliaria del 2008 en los EE.UU., que repercutió en la gran mayoría de los mercados financieros del mundo, 8 años después, es momento de esperanza, de prestar la atención debido al punto de inflexión que se presenta en la actual coyuntura de las elecciones entre republicanos y demócratas. ¿Será positivo que un demócrata continúe en la casa blanca? o un republicano sería lo mejor para el mundo? es la cuestión.

Luego de la llegada de Barak Obama a la presidencia de los EE.UU., el mundo se mantenía a la expectativa del nuevo ocupante de la casa blanca por ser éste el primer afroamericano que ganaba unas elecciones en ese gran país, y en las condiciones en que el presidente Obama recibió el gobierno no era para menos, con la crisis económica de mayor impacto en la historia contemporánea de la humanidad. Para comprometerlo a mantener la paz en el mundo, el 9 de octubre de 2009, el líder del Comité Nobel anunció que el nuevo Premio Nobel de la Paz había sido otorgado al presidente Barack Obama por sus esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos.

Gracias a esto, el mundo sintió cierto alivio en cuanto a la posible estabilidad política, pero no podemos obviar que en estos momentos la política a nivel global estaba en crisis, debido, en parte, a que muchos de los gobernantes no cumplen con las expectativas de sociedades que cambian vertiginosamente, donde las promesas que hacen antes de llegar al poder son incumplidas en la mayor de las veces.

En el caso de Hillary Clinton, una de las personalidades, políticamente hablando, que mayor interés ha suscitado en las últimas décadas, por segunda ocasión compite por la nominación presidencial por el partido demócrata, en un momento de profundas transformaciones generacionales, donde la mujer está asumiendo un rol protagónico en muchos espacios de poder. Hablar de la carrera política de Hillary es un tema de largo aliento, y es que el apellido Clinton se escuchó en todo el mundo y no solo eso, es de mucho provecho para ella, aunque hay que prestar mucha atención, ya que Hillary, posiblemente, será la primera mujer en gobernar la primera potencia de occidente.

Es evidente que al escoger a Hillary Clinton es como comprar dos por el precio de uno, esto se debe a que aparte de la vasta experiencia con la que cuenta, es una de las primeras mujeres que acumulo mayor poder político en la historia de los EE.UU., por ejemplo ante su determinante dominio en la política pública cuando su esposo promovió la iniciativa de la reforma sanitaria, en 1993, y esta fue liderada ante la opinión pública por Hillary.

Por otro lado, tenemos a Donald Trump, candidato a la presidencia por el partido Republicano, es un empresario exitoso, político, escritor y un magnate del entretenimiento estadounidense, también es el principal representante de Trump Organization, y es fundador de la empresa de hotel y juegos de azar Trump Entertainment Resorts. Su éxito empresarial le ha dado la confianza de poder aspirar a la nominación presidencial de los EE.UU, debido a la gran decepción que sufre la oligarquía Americana que tiene como lema “AMÉRICA PARA LOS AMERICANOS”.

Su campaña para obtener la candidatura republicana a la Casa Blanca para los comicios de 2016 se vio caracterizada, desde su inicio, por una gran atención mediática a nivel nacional e internacional debido a la sucesión de polémicas declaraciones. Sus propuestas más repetidas consisten en la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México y una política dura contra la inmigración ilegal, además de una prohibición temporal de la entrada de musulmanes en el país. En lo económico, aboga por modificar la política comercial y fortalecer la producción nacional en detrimento de la deslocalización, en correspondencia con posiciones proteccionistas.

En conclusión, la humanidad espera que el pueblo estadounidense elija el candidato, más idóneo, que pueda garantizar la paz mundial y que este gran país pueda seguir siendo referente de la democracia y tierra de libertades, así como el norteamericano aspira a que su nuevo presidente pueda orientarlos por el camino del progreso, la estabilidad y la continuidad de la preminencia del pueblo norteamericano en todo el mundo.